jueves, 26 de noviembre de 2009

jueves, 23 de julio de 2009

viernes, 12 de junio de 2009

REFLEXION DE LA PRACTICA PEDAGOGICA EN LA SEDE LAS BRISAS CON EL GRADO PREESCOLAR

Desde la llegada a la sede las Brisas de la Escuela Normal Superior se sintió una gran empatía con los niños del preescolar de la profesora Norma Lavao, los primos días sirvieron como entrada para establecer un acercamiento par empezar a reconocerlos y que me conocieran. Al principios estos se mostraban tímidos, recuerdo que el primer día hizo un poco de frio, así que los estudiantes estaban amontonados sin querer participar en la presentación de los nombres; cuando se dieron cuenta que lo que íbamos a hacer con ellos era algo divertido empezaron a preguntar y proponer.

En cada taller que se desarrollaron se empezaban notar los adelantos y progresos en los niños en cuanto al reconocimiento y valoración de su cuerpo como contexto vivo. Y no solo ellos se beneficiaban, pues con el pasar de los días se despertaban a demás de sentimientos, una serie de preguntas e interrogantes que cuestionaba mi actuar en el aula e incluso fuera de ella.

No se trataba de pensar solo en lo importante que era mi práctica para obtener una nota si no en el crecimiento cognitivo, transformación de mis ideas que iban más allá, pretendiendo nuevos resultados. Observaba que tan bueno puede resultar dejar tareas (planas) para la casa, o que espacios son favorables para el aprendizaje en los que se incluyan las necesidades y objetivos a cumplir con los pequeños. Si esta metodología de los talleres respondía no solo a las necesidades de los niños sino de la sociedad, del futuro.
Las planas pertenecen a la escuela tradicional y nosotros como futuros maestros e innovadores para la construcción del conocimiento no tendría vinculación, considerando que las tareas para la educación inicial deben de llevar a comentar sobre las experiencias en la escuela, sobre la vida misma para que la investigación se dé en todos los espacios de interacción ya sea casa, escuela, barrio, etc. ajustándose al contexto.


Aunque se diga que la practica hace al maestro, es de cuestionar que clase de prácticas son estas o a cuales reflexiones lleva, si permite evaluar los resultados, por esta razón considero que los ambientes de aprendizaje, deben de ser abiertos donde la naturaleza no se aparte o ignore con cuatro paredes, mostrándole a los niños el mundo desde una rendija u hoyo. El contacto consigo mismo y con la naturaleza despierte los sentidos permitiendo la lectura de su entorno que tantos pasan por la galleta. Ni mucho menos de disfrazar las paredes para que se parezca al mundo; todo está aquí y hay que aprovecharlo, quererlo, protegerlo y descubrirlo.